jueves, 9 de enero de 2014

RECUERDOS PASADOS Y FUTUROS




El resultado de vivir una vida se puede comprender en la mirada de los más pequeños. Cuando ves las caritas de iniciada inocencia reconoces el comienzo de esa nueva aventura que es recorrer el mundo de las sensaciones que provocan las primeras risas, los primeros llantos e incluso los primeros odios y rencores que ya despuntan el alma desde pequeñitos. 

Los bebés desde antes de nacer ya exploran el mundo que les rodea, primero esa gruta divina que les alimenta incluso sin pedirlo, luego los senos de la madre libando el néctar de la salud. A partir de ese momento los primeros pasos, las primeras palabras, e incluso la caída del primer diente van encaminados a llevar a cabo una gran aventura a la que hemos denominado “vida”. Pero por desgracia nada de esto queda en nuestras mentes, todo se olvida, a veces crees recordar algo al visualizar alguna escena parecida a tu alrededor, pero en realidad son recuerdos prefabricados ya que muy pocos recordamos más allá de los tres o cuatro años de edad, lo demás son anécdotas que nos son narradas por los más mayores y que se nos fijan en la memoria.

Cuando miro a los ojos de Carla, recuerdo los momentos más felices de mi niñez, el estreno de un vestidito, el llanto por un caramelo, el susto por el estruendo de los tambores en Semana Santa, y la alegría con la llegada de las vacaciones de verano junto a mis queridos primitos. También me recuerda a su madre, rebelde, queriendo ser auto suficiente a pesar de su corta edad, pero intensamente apasionada y maravillosa, a su tía, sensible y obstinada pero dulce y compasiva.

Cuánto me gusta cerrar los ojos y paladear cada instante, de cada momento, de los recuerdos que afloran a mi mente que no siempre son agradables, pero me sirven para demostrarme a mi misma que he vivido de acuerdo con mis convicciones y que debo recordar, cosas buenas y cosas malas, o lo que es igual, experiencias eternamente enriquecedoras por si mismas.

Que bonito sería darle a una tecla y poder elegir un recuerdo, el que más se te haya clavado en el alma, para volverlo a vivir pero sin cambiar nada.

Existe también en mí otra forma de evocar cosas nuevas, yo lo denomino “el recuerdo futuro”. Es el recuerdo que creas al escribir sobre lo desconocido, sobre sueños por realizar, o sobre aventuras que nos gustaría haber vivido. Todo esto que voy dejando en un papel, se convierte en el recuerdo de mañana, son experiencias infinitamente variadas, sin límites. Podré recordar cómo fui a escalar el Kilimanjaro, o a visitar el Partenon donde presencié un asesinato, o cuando conocí unas hadas que me enseñaron el país de los árboles enanos.

Es maravilloso poseer el don de crear tus propios recuerdos, y yo me considero una de esas personas privilegiadas que lo trabajan día a día.

Entre mis recuerdos futuros siempre estará el agradecer constantemente a aquellas personas que los hicieron posible haciéndome ver que yo también soy capaz de amar, odiar, vivir, morir, matar y crear vida, sobre un papel.






Carmen Franco S. (Respetar autoría)

Imágenes descargadas de Internet.



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