domingo, 13 de marzo de 2011

RESURGIR DE NUESTRAS ALMAS




Es difícil dejar de pensar en qué es lo que nos espera con tantos desastres naturales y no naturales repartidos por el mundo. Quiero creer que son fases de la historia del ser humano, pero que pasarán, como lo han hecho otras, siempre que sea perjudicando lo menos posible a los más inocentes.

Nuestras defensas emocionales nos permiten seguir adelante aunque nuestros corazones se llenen de llagas por los tsunamis, terremotos, volcanes en erupción, inundaciones por las lluvias constantes... el deshielo del ártico. Continuamos corriendo para ir a trabajar, recoger a los niños del colegio, el estrés nos inunda, incluso aceleramos en el amor. Las personas no quieren comprometerse con los demás, prefieren amores pasajeros, no tienen tiempo para enamorarse con lo que ello conlleva, pasear por los parques, cenar en la intimidad, reir con las películas antiguas de Laurel y Hardy. A veces pienso que cuando quieran darse cuenta de que están equivocados, y de que hay que vivir mejor la vida, será tarde, no aprendemos de nuestros errores y cada vez está más claro el refrán: “El hombre es el únnico animal que tropieza dos veces con la misma piedra”, la verdad es que ya hemos tropezado muchas más.

Yo, personalmente, intento ralentizar el tiempo lo más posible, por eso intento hacer útil cada momento de mi vida, reir con mis nietos, contarles cuentos y jugar con ellos, celebrar cumpleaños llenando globos, aunque quede exausta. Pasar el mayor tiempo posible haciendo aquello que me hace feliz, echarlar con mis hijas, escribir, leer, disfrutar de los amigos... Hace algunos años dejé de buscar la felicidad, me di cuenta en cierto momento que la llevaba conmigo, sólo tuve que cambiar el orden en mis prioridades. También tengo que reconocer que padecer de una enfermedad me ha ayudado en ello (la parte positiva del lado negro de la salud), he aprendido con ella que las pequeñas cosas tienen mucho más valor, y que el arte de vivir se aprende viviendo la propia vida y la de los demás.

HOMENAJE A LAS VÍCTIMAS DEL JAPÓN









Imágenes extraidas de internet
Escrito por: Carmen Franco (Miembro del Club de Letras de la UCA y de la revista literaria SPÉCULUM.

4 comentarios:

  1. Tengo confianza en las nuevas generaciones, el problema es sentir que les estamos entregando un planeta desgastado y con pocas ganas de continuar soportando esta raza depredadora como la de los seres humanos...Veo a mis hijos, y observo en ellos un gran respeto por la naturaleza y los animales; pero me temo que lo que recibirán será un planeta agobiado por tanto daño...Desde el día del terremoto estoy rezando por los hermanos nipones.
    Un beso.

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  2. Esos nuevos habitantes de éste dañado mundo, son nuestra única esperanza. Lo que me da miedo es que no les de tiempo a corregir nuestros errores.
    Un beso

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  3. Que bonito escrito, lleno de sabiduria.
    Estoy de acuerdo en todo carmen, pero debemos intentarlo hasta al final, motivar a nuestros hijos y ellos a los suyos para poner remedio a todo esto, no podemos estar desanimados y quejandonos todo el dia como hace la mayoria de la sociedad, el sistema no funciona bien y hay que cambiarlo, es un hecho.
    Un beso querida amiga

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  4. Claro que debemos intentarlo hasta el final, lo que quiero decir es que ya no vale decir que si cada uno hace un poquito conseguiremos mucho, es el momento de hacer mucho para conseguir más, de hacerlo todos unidos y no individualmente, hay que dar lo más pronto posible con la formula para acelerar una solución definitiva.
    Un beso

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